jueves, 7 de abril de 2016

Farad Azima, amigo de Bill Clinton, compró empresa de renta y venta de aviones.
Bautizaban sus empresas con títulos de películas del británico James Bond.

De la Redacción
Periódico La Jornada
Jueves 7 de abril de 2016, p. 3
Jefes de redes internacionales de espionaje, agentes secretos y supuestos contratistas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos se encuentran entre las personas que usaron compañías offshore en paraísos fiscales para ocultar fortunas y evadir impuestos, revelaron nuevos análisis de Los papeles de Panamá, informó el Consorcio Internacional de Periodismo de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés).

Numerosos agentes secretos utilizaron los servicios del bufete panameño Mossack Fonseca para adquirir aviones, viviendas y campos de golf. Los presuntos espías usaron, como nombres de las compañías fantasmas que crearon, títulos de las novelas de James Bond, como Octopussy, SkyFall, GoldenEye y Moonraker, escritas por Ian Fleming, se desprende de parte de los 11.5 millones de documentos entregados por una fuente anónima hace un año al diario alemán Süddeutsche Zeitung.

Entre los espías se encuentra Farhad Azima, amigo cercano de Bill Clinton cuando éste fue presidente de Estados Unidos, generoso contribuyente a campañas políticas tanto del partido Demócrata como del Republicano, pero lo más importante es que en 1985 fue el encargado de llevar a Irán 23 toneladas de equipo militar, agregó el ICIJ, que el domingo pasado reveló Los papeles de Panamá.

Durante los dos mandatos del presidente demócrata, Azima era invitado habitual en las cenas de los Clinton y tomaba café por las tardes con el entonces jefe de la Casa Blanca.

Durante el gobierno del republicano Ronald Reagan, Estados Unidos aceptó vender en secreto armas a Irán a cambio de que Teherán liberara a siete rehenes estadunidenses.

Estados Unidos logró salvar a los rehenes y además obtuvo fondos para financiar a rebeldes de derecha que combatieran al gobierno de Nicaragua de ese entonces. El asunto es conocido como el escándalo Irán-contras.

Azima siempre negó estar involucrado en ese asunto.

Los documentos filtrados demuestran que Azima creó su primera compañía offshore con Mossack Fonseca en 2000, una empresa de renta y venta de aviones privados con una flotilla de 60 aeronaves. En 2013 el bufete panameño descubrió los nexos de su cliente con la CIA, a pesar de lo cual la relación de negocios entre ambas partes permaneció no sólo intacta, sino más activa en los años siguientes.

Azima dijo al ICIJ que sólo usó al bufete Mossack Fonseca como intermediario para comprar un avión que no iba a ser usado en Estados Unidos, con la finalidad de no tener que pagar impuestos ahí, donde, según el presunto espía, ya he pagado todos los impuestos conocidos por la humanidad.

Otro involucrado en el escándalo Irán-contras es Adnan Khashoggi, el famoso multimillonario saudita que en los años 70 era considerado, si no el hombre más rico del mundo, el que más gastaba.

Aparece en Los papeles de Panamá desde 1978, y si bien no se han revelado en detalle sus nexos con Mossack Fonseca, se sabe que manejó con ellos al menos tres compañías, entre ellas una naviera en Panamá, así como hipotecas sobre casas en España continental y las Islas Canarias.

Los más de 11 millones de documentos, que abarcan de 1977 hasta diciembre de 2015, mostraron el laberinto construido por Mossack Fonseca, repleto de estructuras corporativas que entreveraron negocios legítimos con empresas falsas, una trama en la que organizaciones mundiales del espionaje también sacaron provecho, indicó el ICIJ.

Los documentos revelan cientos de detalles sobre ex agentes de la CIA y contratistas que crearon compañías para su beneficio personal.

Entre ellos figuran el jefe de Inteligencia de Arabia Saudita, jeque Jamal Adham, quien fungió como el principal nexo entre la CIA y Medio Oriente durante los años 60 y 70, y después se vio envuelto en un escándalo bancario en Estados Unidos, indica el ICIJ en un trabajo firmado por Will Fitzgibbon.

También está el ex jefe de inteligencia colombiano, el mayor general Ricardo Rubiangroot, y el brigadier general Emmanuuel Ndahiro, espía en Ruanda del presidente Paul Kagame.

Adhan murió en 1999 y Ndahiro rehusó comentar el tema. Rubiangroot confirmó a medios de su país que es socio minoritario en la compañía West Tech Panama, que está siendo liquidada.

Los documentos descubiertos por el diario alemán Süddeutsche Zeitung y el ICIJ demuestran que entre la clientela de Mossack Fonseca dedicada a los servicios de inteligencia eran populares los títulos de las novelas del autor Ian Fleming y su popular personaje, el espía británico James Bond, para nombrar las compañías fantasmas que se creaban para ocultar sus fortunas.

Otro cliente y agente de la CIA nombrado en los documentos es Loftur Johannesson, próspero islandés de 85 años radicado en Reikiavik, muy activo en los años 70 y 80, famoso por haber proveído armas a la guerrilla anticomunista en Afganistán. Los papeles de Panamá lo relacionan con al menos cuatro compañías offshore y varios hogares muy costosos, incluido uno ubicado justo atrás de la catedral de Westminster, en Londres. Johannesson hizo pagos al bufete panameño recientemente, en enero de 2015.

Otro destacado espía en la lista de Mossack Fonseca es Klaus Mollner, también conocido bajo los alias de Werner Mauss, quien además ha recibido los apodos de El agente 008 y El hombre de los nueve dedos, debido a que le falta la punta de un dedo índice.

Mollner, quien está retirado, es considerado, según Los papeles de Panamá, el primer agente secreto alemán, responsable de haber aplastado a cien grupos criminales.

Los documentos nunca mencionan a Mollner con su verdadero nombre, sino con el alias de Werner Mauss. En 1996 el agente alemán enfrentó cargos de las autoridades colombianas por haber participado en el secuestro de una mujer, que posteriormente fueron retirados.

Cientos de documentos dan detalles de una red de compañías en Panamá vinculadas con él y con numerosas propiedades en Alemania.

Un abogado de Mollner aseguró que muchas de las compañías que aparecen a nombre de su cliente, o más bien, bajo su alias, en Mossack Fonseca, fueron fundadas con fines humanitarios y aún estaban activas en 2015.


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Autor: Juan Antonio Arcos Sánchez. Con tecnología de Blogger.

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