domingo, 24 de enero de 2016
- domingo, enero 24, 2016
- Juan Antonio Arcos Sánchez
- Cuidado del cuerpo
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Viernes 11 de octubre de 2013
Aunque sería
arriesgado decir que el ejercicio físico puede reemplazar el tratamiento
farmacológico para personas que padecen enfermedades como la diabetes y males
cardiacos, pero un amplio estudio realizado por la Escuela Médica de Harvard,
la Escuela de Economía de Londres y la Escuela de Medicina de la Universidad de
Stanford, revela que la actividad física sí puede ser igual de efectiva que una
pastilla en la prevención de la diabetes y de un segundo infarto de miocardio o
ataque al corazón.
Incluso se
demostró que en personas que sufrieron un accidente cerebrovascular o derrame
cerebral, la actividad física fue la mejor opción, al menos en términos de
rehabilitación.
Para llegar a
estos resultados, los científicos analizaron los resultados de 305 ensayos
clínicos de más de 300 mil personas que fueron sometidas a un programa de
ejercicio o a una terapia farmacológica como tratamiento de la insuficiencia
cardiaca, como prevención de la diabetes y un segundo infarto y para la
rehabilitación tras un derrame cerebral.
Y compararon la
influencia de ambos tipos de recetas médicas en estos resultados de salud.
Únicamente los
diuréticos como tratamiento para la insuficiencia cardiaca superaron en
eficacia a alguna forma de actividad física.
Los resultados
del estudio, publicados en British Medical Journal, sugieren que el ejercicio
debe considerarse “una alternativa viable a, o junto a, la terapia
farmacológica”, señalan los especialistas. “De hecho, un número creciente de
expertos recomienda la prescripción de una ‘píldora de ejercicio’ como una
estrategia preventiva para reducir la morbilidad y la mortalidad."
"En casos
donde las opciones de fármacos proporcionen solo un simple beneficio, los
pacientes merecen entender el impacto relativo que la actividad física puede
tener en su condición”, agregan.
Sin embargo, Amy
Thompson, enfermera especializada en cardiología de la Fundación Británica del
Corazón, enfatiza que “las medicinas son una parte extremadamente importante
del tratamiento de muchas enfermedades cardiacas y que las personas deben
continuar tomando sus medicamentos vitales”.
Y aconsejó que
aquellos que sufren de una enfermedad del corazón o se les ha dicho que tienen
alto riesgo de padecerla, se acerquen con su médico, para ver cuál es el rol
que puede jugar el ejercicio en su tratamiento.
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