¿Un país sin religión es un país inmoral?
Eso es lo que opinan generalmente los cristianos, pero están completamente equivocados. Las estadísticas muestran la realidad.
Según datos publicados en 2022 por World Population Review, los diez países más pacíficos del mundo son: [1]
1. Islandia
2. Nueva Zelanda
3. Dinamarca
4. Portugal
5. Eslovenia
6. Austria
7. Suiza
8. Irlanda
9. República Checa
10. Canadá
Esta calificación se basa en la información obtenida por el Institute for Economics and Peace (Instituto para la Economía y la Paz), que publica anualmente el Global Peace Index (Índice de Paz Global). Sus datos son el resultado de un «estudio de 163 naciones y territorios independientes alrededor del mundo, que comprenden aproximadamente el 99,7% de la población total mundial, que analiza qué naciones son las más pacíficas, así como cuáles son las más peligrosas.» [1]
En 2021 el país más pacífico del mundo fue Islandia. «Esto no debería sorprender a quienes están familiarizados con el índice, ya que Islandia ha ocupado el primer puesto durante 14 años seguidos. Las cualidades que la convierten en la nación más pacífica de la Tierra incluyen bajas tasas de criminalidad, sólidos sistemas de educación y bienestar, salarios justos para los trabajadores y tensión “inexistente” entre las clases económicas.» [1]
«Nueva Zelanda es el segundo país más pacífico del mundo, un puesto que ocupa desde 2014. Nueva Zelanda se ha mantenido entre las cuatro naciones más pacíficas durante los últimos diez años. Al igual que en Islandia, la policía de Nueva Zelanda no porta armas de fuego personales, ya que no ve la necesidad de hacerlo. El crimen violento es bajo en Nueva Zelanda; sin embargo, el robo es relativamente común, especialmente para los turistas. Nueva Zelanda también obtiene buenos resultados en ingresos, empleos y educación.» [1]
«El tercer país más pacífico es Dinamarca, que sube dos posiciones desde 2020. Dinamarca se ubica particularmente bien en cuanto a estabilidad política, libertad de prensa, igualdad de ingresos y derechos humanos, todo lo cual contribuye a un alto nivel de paz.» [1]
Para medir el Índice de Paz Global se evalúan en total 23 indicadores, tomándose en consideración factores como el número de conflictos internos y externos, la inestabilidad política, el nivel de educación de la población y el número de homicidios. Pero además, las bajas tasas de criminalidad y los sistemas de solidaridad, equidad y justicia social que garantizan el bienestar de la población. Por tanto, podemos decir que es un índice que refleja adecuadamente no sólo el nivel de no-violencia de los países, sino su moralidad.
Comparemos esa lista con la de los diez países con el mayor porcentaje de cristianos en el mundo, proporcionada también por World Population Review: [2]
1. Ciudad del Vaticano
2. Timor-Leste
3. Rumania
4. Armenia
5. Grenada
6. Papúa Nueva Guinea
7. Groenlandia
8. Haití
9. Paraguay
10. Zambia
¿Algún país coincide? – Evidentemente no. Los diez países más cristianos no son los diez países más pacíficos, ni solidarios, ni de bienestar humano del mundo. No son los países con más alta moralidad.
Pero ahora comparemos la primera lista con los diez países con mayor porcentaje de ateos en el mundo, que también nos proporciona World Population Review: [3]
1. China
2. Japón
3. Suiza
4. República Checa
5. Reino Unido
6. Bélgica
7. Estonia
8. Noruega
9. Australia
10. Dinamarca
¿Alguno coincide? – Sí, tres: Suiza, República Checa y Dinamarca. Pero hay algo más, World Population Review proporciona también datos sobre el ateísmo mundial, y de allí se obtienen los siguientes porcentajes de ateísmo total para los países de nuestra primera lista, que son los más pacíficos y de mayor calidad humana: [3]
Islandia: 54%
Nueva Zelanda: (*)
Dinamarca: 68%
Portugal: 41%
Eslovenia: 59%
Austria: 59%
Suiza: (*)
Irlanda: 60%
República Checa: 75%
Canadá: 63%
(*) Tanto para Nueva Zelanda como para Suiza, el cuadro de World Population Review no muestra datos sobre ateísmo.
Podemos observar entonces que los diez países con mejor calidad de paz y moralidad, tienen en general altos porcentajes de ateísmo.
Por otra parte, según otras fuentes, Islandia, el país más pacífico durante 14 años, aunque ha sido tradicionalmente cristiano, «Desde finales del siglo XX, y especialmente a principios del siglo XXI», ha registrado «un declive del cristianismo, el surgimiento de personas no afiliadas y el surgimiento de nuevas religiones, especialmente Heathenry, en Islandia, también llamada Ásatrú, que busca reconstruir la religión popular germánica. Una gran parte de la población sigue siendo miembro de la Iglesia de Islandia, pero en realidad son irreligiosos y ateos, como lo demuestran los análisis demoscópicos.» [4]
No sólo eso, Islandia se ha convertido además en el primer país con una generación completa que se declara atea. Una encuesta realizada en ese país en 2016, a cargo de Icelandic Ethical Humanist Association, dio por resultado que «el 100 por ciento de los ciudadanos menores de 25 años son ateos, lo que convierte al país en el primero con una generación completa no creyente. La encuesta revela que en casi todas las categorías de edad, la mayoría cree que el mundo se originó como consecuencia de un ‘Big Bang’ y no por un Dios todopoderoso como en el resto del mundo. Y de dicho resultado, un 77,7 por ciento de los islandeses de entre 25 y 44 años apoya esta teoría, y un 93,99 por ciento dice que además el Big Bang sucedió sin ninguna ayuda divina.» [5]
¿Qué puede deducirse? – Que la moralidad no depende de ninguna creencia religiosa (y menos específicamente del cristianismo), como tampoco podemos afirmar que basta ser ateo para tener una alta moralidad. Hay gente buena y gente mala, creyente, agnóstica o atea. Sin embargo, las estadísticas de los diferentes países muestran una relación muy importante entre la ausencia o bajo nivel de creencias, y las mejores condiciones humanas de solidaridad, justicia y no-violencia. Los países considerados más pacíficos del mundo (y de mayor armonía social), son mayormente ateos o tienen un alto porcentaje de ateísmo. En este caso específico se analizó el cristianismo, pero el criterio es aplicable para cualquier religión.
Asimismo, los datos estadísticos parecen mostrar cierta relación entre la maldad y la religión, lo cual nos recuerda la opinión del Premio Nobel de Física estadounidense Steven Weinberg (1933-2021): “Con o sin religión, habrá gente buena haciendo cosas buenas y mala gente haciendo cosas malas. Pero para que la buena gente haga cosas malas, hace falta religión.” [6] ¿O será acaso que tenía razón Blaise Pascal? Él decía: “Los hombres nunca hacen el mal tan completa y alegremente como cuando lo hacen por convicción religiosa.” [7]